Para poder revertir una mala experiencia, probablemente lo más efectivo sea volver a animarse al desafío de superarse, o al menos así parece haberlo entendido Pablo Werner, quién luego de quedarse a un pasito del título en Munich, ajustó las clavijas y fue con todo a quedarse con el Abierto de Dusseldorf (tercera etapa de Adrogúe). Werner, quién ha sabido hilvanar grandes actuaciones en el Circuito Regular, hizo lo propio en éste certamen disputado en Paraíso, venciendo con un gran tenis a Pablo Latorre (5-7/6-0/6-1), Sergio Huber (durísimo rival, al cual superó con un ajustado 7-5/7-5) y a Matías Soffiantini en la final.
Pero la final fue otra historia, dado que se vieron las caras, sin temor al equívoco, los dos mejores jugadores del torneo, quienes protagonizaron un partido emocionante en el cual Werner pudo un poco más y se coronó con un 6-4/7-5, bombos, y platillos… felicitaciones Pablo.
-> Por Leandro Ferrari