Cuenta una vieja leyenda del barrio de Vicente López que la tercera cancha de Teléfonos está embrujada. Y son los socios del club quienes afirman que los martes por la noche habita en el court el fantasma de la eternidad, ese mismo que hace extender cada partido mucho más de lo que cualquier encargado de sede quisiera. Somogyi y Castro vivieron la experiencia disputando un maratónico duelo de 4,30 hs. la semana pasada, y en esta ocasión la víctima fue ni más ni menos que Ariel Irigoyen, que batalló durante 3,30 hs. para derrotar a Walter Oliva por 4-6 / 6-2 / 7-6 por los cuartos de final de Tokyo en la “9ª” categoría.
Y aunque los dos primeros parciales se robaron gran parte del match, nos centraremos exclusivamente en el set definitorio, porque es en este donde el espíritu hizo su aparición ejemplar. Irigoyen se encaminaba a quedarse cómodamente con la llave cuando se puso 4-1, pero algo sucedió, y Oliva lo igualó en un abrir y cerrar de ojos. A partir de allí, y en forma sorprendente, fueron todos quiebres. ¿Quedan dudas que alguien estaba haciendo de las suyas para no darle cierre al encuentro? Finalmente, y cuando él lo dispuso, Ariel pudo barrer el tie break para llevarse el pase a las semis del torneo japonés.
¿Volverá el martes entrante? ¿Nos dará un merecido respiro? Desde acá, y por las dudas, lo tratamos con el mayor de los respetos. No vaya a ser cosa…
“Fantasía o realidad, a esta historia le da igual”.
< Por Renso Denda