Como la suerte es la excusa de los mediocres, jactar un hecho de imposible podría catalogarse entonces como de haragán, conformista, poco batallador. Y si algo aprendimos en las dos últimas temporadas, es que la superación es una de las tantas virtudes que podemos resaltar a la hora de hablar de Macos Vittone. Porque da pelea siempre, porque resiste a dormirse en los laureles, porque si muere lo hace de pie, nunca de rodillas.
Y podríamos decir que el diestro subió un escalón más en su escalera personal de la evolución tenística, ya que en el sábado de Parque Roca, y por la segunda ronda del Abierto de Roma en la “6ª” categoría, derrotó al temible Jorge Ciocci (7-6 / 6-4), un rival con el que sólo había experimentado el amargo sabor de la derrota.
El match, que vio acción en la quinta cancha del complejo de Villa Soldati, dio cuenta de un trámite sumamente reñido y disputado, aunque fue Vittone el encargado de prevalecer en el tie break del primer set para quedarse con el mismo por un ajustado 7-6.
Ya en la segunda manga, y sabiendo que la hazaña estaba cada vez más cerca de convertirse en realidad, Marcos plasmó sobre el court un juego tan sólido como eficiente para asegurarse el boleto a los octavos luego de vencer por 6-4.
< Por Renso Denda