El árbitro italiano Sergio Gonella pitaba el final del partido. Era una tarde fría del 25 de junio de 1978 y Argentina se coronaba por primera vez como Campeón del Mundo. Alberto Tarantini corría al encuentro de Ubaldo Fillol, y a los pocos segundos aparecía en escena el hasta entonces desconocido Victor Dell´Aquila para fundirse en un abrazo eterno con ambos jugadores. Ricardo Alfieri, fotógrafo por aquellos años de la Revista El Gráfico, inmortalizaba el momento con su lente. Nacía “El abrazo del alma”.
Pasaron casi cuatro décadas y un sinnúmero de imborrables hitos en el ámbito deportivo, pero jamás se volvió a ver un festejo tan sentido. Hasta hoy. Y me atrevo a decir que con un guiño del destino. Porque si bien no fue en otoño, la crudeza del invierno estaba presente. Porque si bien no fue en River, sucedió en la cercana sede de Banco Nación. Porque si bien no había camarógrafos, otro Alfieri se encontraba como testigo privilegiado.
El reloj marcaba las 23:40. Era una noche fría del 7 de agosto de 2014 y Diego Krenz vencía por los cuartos de final del Abierto de Queens en la “8ª” categoría, y por primera vez en tres enfrentamientos, a su viejo karma Walter Alfieri (6-3 / 5-7 / 7-5). El campeón de Stuttgart y el Americano Kirschbaum II corría enloquecido al encuentro de su esposa para fundirse con ella en un abrazo interminable. Renso Denda, periodista de Circuito Tenis, inmortalizaba el momento con una crónica. Nacía “El nuevo abrazo del alma”.
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