Ariel Auvet tenía todo para sonreír en la tarde de Pasco: ganó un partido chivísimo, jugó bárbaro y para colmo, dejó afuera a un groso como Blas Lagrotte.
Pero, para ser sinceros, no tenía esa chispa y esa sonrisa característica de siempre: es que uno de sus mejores amigos, el Turco, tuvo un accidente y se encuentra internado en un hospital.
Por eso el gran Auvet no dudó en dedicarle el 6-2 / 6-3 que pudo llevarse para pisar firme en la primera ronda de Estados Unidos 7a, torneo en el que Ari pinta como candidato a levantar la copa.
Todavía falta mucho torneo, pero hoy jugó a un gran nivel y por eso se fue festejando: así que, Turco, cuando leas esto, acordate que tenés un amigo de fierro como Ariel...
> Por Pablo Acosta