Con esas palabras llenaba nuestra oficina de humo el mágico Sergio Ambrosano, refiriéndose a su triunfo por la primera ronda de París en la categoría 7ª ante Julio Roh, jugador debutante en Circuito Tenis que, francamente, va a dar que hablar por su potencia y refinada técnica dentro del court. Pero claro, le tocó debutar con Sergio, un especialista en esto de ponerse el overol y adaptarse a las características de juego de sus rivales.
Ya en el peloteo podía verse que Julio era un jugador bárbaro, ágil, movedizo y potente, atributos imprescindibles para practicar este deporte en buena forma. Sin embargo fue Sergio quien sacó chapa de histórico y experimentado, aflojándole la pelota, apelando a su fino slice, yendo a la red a cerrar todos los puntos, arriesgando y metiendo unos saques impresionantes; argumentos que le valieron al construcción de un triunfo memorable producto, según sus propias palabras, de haber jugado el mejor partido de su vida.
El humo y el color también son sellos distintivos de este distinto dentro y fuera de la cancha, de un tipo al que le sobra alegría y buena onda en las buenas y en las malas. Eso explica que tras haber obtenido el triunfo por 6-1 y 6-2 Sergio animara a Julio, su debutante competidor, a seguirse anotando en nuestro Circuito, convenciéndolo de que tenis le sobra y que con ese juego, más temprano que tarde, va a andar muy, muy bien.