Después de cuatro horas, Carlos Vicente volvió a respirar. Asfixiado terminó después de ganarle en tres sets a la joyita de novena, Tomy Steremberg.
Un partido que fue peleado de punta a punta y que, en el final, cuando la juventud de Tomy podía sacar un plus, apareció la experiencia de Charlie y lo cerró 7-5/5-7/6-2 a su favor.
"El día que no se apure, sube solito a octava", tiró Carlos, que hoy ganó un partidazo y que ya cierra el domingo. A dormir la siesta para reponer energías, y a esperar por los cuartos de final de Doha 9a.
Por Felipe Lugones