" El tipo puede cambiar de todo. De cara, de casa, de familia, de novia, de religión, de dios. Pero hay una cosa que no puede cambiar Benjamín. No puede cambiar de pasión".
Tenía razón el mítico Pablo Sandoval. Una pasión es una pasión. Y las pasiones no se dejan.
Jorge Tarachian es un apasionado de todo lo que hace. Y del tenis más. Pero hace unos meses decidió parar un poco. Mucho lío laboral, mucho estres, los partidos se escapaban. Había que frenar.
Hoy Tarachian volvió. Y volvió iluminado. Apasionado. Todavía no entendémos con cuanta soltura se impuso sobre Ale Montero Bustamante, uno de los peso pesados de la 3era.
Bah, si, entendémos cómo. Con huevos. Con garra. Con amor propio. Y mucha pasión.
Nos pone felices el regreso de Taracha. Y lo más importante de eso, es que hay Taracha para rato...
> Por Pablo Acosta