Guillermo Márquez casi ni transpiró. Con un tenis brillante, no le dio chances a Gustavo González y debutó con una gran victoria en el Abierto de Shanghai, en la sexta categoría: 6-1 y 6-3 en poco más de una hora de juego.
Bien parado desde el fondo, Márquez pudo manejar el partido desde su buen saque y gran devolución. Logró invertirse y aprovechó para pegar esa derecha letal que tanto lo caracteriza.
"Estoy contento, pero debo trabajar mucho más mi revés", contaba un autocrítico Márquez. Así, con ganas de mejorar, el camino se va abriendo.
>Por Ezequiel Zuk