Claudio Barbieri es un tipo al que le gusta mejorarse constantemente en lo que hace: su nivel tenístico es un claro ejemplo. En poco tiempo, se fue haciendo paso entre los titanes de la categoría, para reclamar un lugar que sentía como propio.
Hoy el destino le sonríe y le permite con lograr objetivos deportivos concretos, como lo fue esta Copa Kirschbaum de la "8a" categoría, en la que tuvo que cruzar un río con cocodrilos: Omar Manza y Di Lorenzo en los grupos, Diego Sanchez en semis y Nico Cattáneo en la flamante final.
Además de ganar el torneo, Claudio se llevó un inolvidable finde, con amigos y mucho pero mucho tenis.