El último torneo del año siempre exige un plus de energía, y Alejo Santomé demostró tener la reserva necesaria para lo más alto. En la definición del Masters de 6ª, Santomé se impuso por 6-4 6-4 a un Franco Cerrini que desplegó un tenis potente, pero que terminó sucumbiendo ante la asombrosa capacidad de resistencia del campeón.
Remontar contra la corriente
El guion del partido fue similar en ambos capítulos. Cerrini comenzó con una marcha más, logrando quebrar el servicio de Santomé de manera temprana y poniéndose en ventaja en el marcador. Parecía que la potencia de Franco dictaría el destino del encuentro, pero fue allí donde emergió la faceta más fuerte de Alejo:Su resiliencia.
Santomé no se desesperó ante el break de desventaja. Con una defensa física envidiable, devolvió una y otra vez cada ataque de su rival, forzando a Cerrini a jugar una pelota extra en cada punto. Esa insistencia dio sus frutos: recuperó el quiebre en ambos sets y, en el cierre de cada parcial, mostró la frialdad necesaria para golpear en los momentos de definición y sellar el 6-4, 6-4.
Una defensa de campeonato
La clave del éxito para Santomé residió en su inteligencia táctica. Entendió que el partido se ganaba desde el fondo de la cancha, desgastando el ímpetu de un Cerrini que, por momentos, se vio frustrado al ver cómo sus mejores tiros regresaban una y otra vez.
Con este triunfo, Alejo Santomé corona una temporada fantástica, llevándose el trofeo más codiciado del calendario y ratificando que, en la 6a división de Circuito Tenis, la solidez defensiva y la cabeza fría suelen ser las mejores armas para alcanzar la gloria.