Leonardo González por fin se pudo tomar revancha de Julio García. Tras incontables derrotas en manos del Flaco, lo pudo derrotar en la final de Chennai, por la tercera categoría: 3-6, 6-3 y 6-1.
García logró ser la espina imposible de sacar de Leo, pero en algún momento se iba a cortar. En la final de Chennai, González se sorprendió de su propio nivel, pero se fue feliz, como Riquelme.
Leo comenzó mal el partido, tras perder el primer parcial su cabeza pensaba en que otra vez se le iba de las manos. Pero con Fausto -su hijo- en las gradas, el apoyo incondional le dio fuerzas para seguir luchando. El tenis de alto vuelo llegó, Leo tiró lujos, metió aces y provocó calenturas de García. Dio vuelta el partido, se llevó la victoria y se fue feliz. "Feliz", esa palabrita que no paró de repetir tras la victoria, con una sonrisa imposible de borrar.
El 2447 se fue con la sensación de que lo imposible ya no existe, ahora deberá ir en busca de más logros.
>Por Ezequiel Zuk