Esas fueron las textuales palabras que se escucharon de un jugador que salió de la cancha exausto, pero contento como perro con dos colas, tras su partido del Abierto de Wimbledon de la "5a" categoría.
Hablamos de Anibal Adrasman, que según declaraciones hace un año no ganaba, si bien no le creemos que fuera tanto, hoy tuvo que pelearla verdaderamente contra Roman Caporale para sacarle un triunfazo por una doble míninma.
Juegos muy distintos y con marcadas diferencias, y lo que lo mantuvo en el partido a Anibal fue el no volverse loco... Lo consiguío y con un 7-6/7-6 se fue a casa con una importante victoria para seguir pensando en lo que viene.
-> Por Leandro Ferrari