Si se vuelve a jugar la final de Roland Garros 5a, segurísimo (nadie lo va a refutar) que el resultado no se repite. Pablo Del Yesso fue más letal que el dentista de su rival, un Chino Camilleri que ayer se fue vapuleado de Teléfonos.
"Un tipazo el Chino. No pudimos jugar la final antes porque le sacaron una muela. Y las finales hay que ganarlas en cancha", tiró un Del Yesso que además de campeón en la cancha se portó de diez fuera de la misma, cuando pudo haberla ganado por WO. Igual, de todos modos, el resultado no estuvo lejos del preseteado: 6-0/6-0. Paliza tremenda...
"Le dí sin anestesia. Hoy encontré de nuevo mi tenis. Por primera vez en los dos años que estoy en Circuito, pude jugar al tenis que quiero". Y se notó, porque el Chino se esperaba un rival que se destaca por lo que corre y devuelve. Pero ayer fue mucho más que eso. "Le salieron todas, ni un game le pude sacar", tiró Camilleri, que cuando se le venía la noche en medio del partido empezó a soñar solo con ese game que le de la dignidad. Esa dignidad, que en esta final no pudo tener en el resultado.
Por Felipe Lugones