En una noche cargada de drama y tensión, Nicolás Montero logró una victoria fundamental por la segunda fecha del Masters de la séptima categoría al derrotar a Martín Castrillón (3-6/7-6/10-7) salvando incluso un match point en el tie-break del segundo set.
El duelo tenía historia reciente: el de hoy era el segundo enfrentamiento entre ambos y el primero lo había ganado Castrillón, también en este 2025 (Miami) en un partido que —casualidad o destino— también se había resuelto en el super tie-break. Pero esta vez, el desenlace fue distinto: Montero, zurdo, sólido, competitivo como pocos en esta división, encontró la manera de revertir un encuentro que se le había complicado desde el arranque.
Castrillón, que este año juega tres Masters en simultáneo (clasificado en séptima y octava e invitado a sexta por una baja), venía de un muy buen arranque en este torneo y hoy estuvo a un punto de sellar la victoria cuando se adelantó en el tiebreak del segundo set. Pero Montero no se desordenó, se sostuvo en su juego profundo y agresivo, y terminó llevándose ese parcial por 9-7 para después dominar mejor los pasajes tensos del super tie-break.
Además, este triunfo tiene un peso extra: Montero se convierte en el primer clasificado de la Zona Roja del Masters, con dos jugados y dos ganados (había vencido previamente a Eduardo Vitcop). Solo le resta enfrentar a Gustavo Smolkin, pero su boleto a semifinales ya está asegurado.
La temporada del zurdo explica por qué está peleando tan arriba: Nicolás llegó a tres finales en 2025 —Doha, Roma y Montreal—, resultados que hablan tanto de su consistencia como del deseo de cerrar el año con un título grande.
Castrillón, por su parte, queda obligado a ganar en la última fecha para seguir con chances en un grupo que se puso tan apretado como se esperaba.